PREGÓN DE LA NAVIDAD DE 2009Por Antonio DIAZ TORTAJADA
Sacerdote-periodista
“Por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo... Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Mientras estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada. Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el ángel del Señor, la gloria del Señor los envolvió en su luz y se llenaron de temor. El ángel les dijo: No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre... ”(Lc.2,1-12ss)
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La buena noticia de la Navidad.
En estos días se nos ensancha el corazón y el alma
porque pretendemos adorar el Misterio
Acerquémonos al Belén donde cabemos todos
los de ayer y de hoy.
No lo dudéis nos ha nacido Dios
Y hoy, como uno de esos pastores valientes,
que siempre ha habido y hay en Belén,
escuchad el testimonio que nos aviva y conforta
en la esperanza más cierta.
El testimonio de aquel que como los ángeles,
conociendo lo más hondo del corazón trinitario
del Padre de la misericordia y del consuelo,
cantan porque Dios ha nacido
y nos traen y acercan a nosotros
la gloria de Dios en lo alto
y la paz en la tierra a los que Dios ama.
Se ha arrodillado el tiempo… para adorar el misterio.
Va a ser Navidad: Éxtasis sublime y quietud insondable,
caricia eterna mil veces repetida
y una vez expresada para siempre:
Universal expectación y ansiedades colmadas.
Navidad… actualidad celeste y novedad terrestre; encuentro indescriptible con Dios en carne y hueso;
Hechizado silencio en que resuena la Palabra eterna;
Presencia diminuta pero plena en el tiempo.
Navidad… idilio transparente entre fe y anhelo;
comunión enajenada entre seres redimidos;
fascinación sin límites;
puro embrujo en nuestra historia.
Va a ser Navidad… y ésta es la hora…
la hora de los siglos,
la hora del amor,
la hora cero,
tan soñada por Dios, como anhelada
por nuestra pobre humanidad perdida.
Esta es la hora en que la noche poblada de secretos,
hará estallar la luz en sus entrañas.
Esta es la hora en que una mujer, virgen,
se siente ya más madre, al borde de la vida.
Esta es la hora en que María
está a punto de reventar a mares
su joven feminidad y su madura maternidad divina.
Esta es la hora en que en el rítmico latido de la tierra
Dios nos ha dado el todo de sí mismo:
Un beso tan humano,
tan tierno y tan sencillo como un niño.
Va a ser la Navidad un algo tan divino,
tan tenue, tan sutil, tan pobre y tan sublime,
que solo los humildes lo perciben
En lo más fino fondo de su espíritu.
Va a ser la Navidad, y qué armonía
la de un universo en danza…
en danza enamorada…
en danza apasionada fascinada,
endiosada….
Y un niño silencioso dormido,
cobijado
en la suave quietud del regazo materno.
Va a ser la Navidad …
y yo os invito
a levantar con la estrellas la copa de la vida
para brindar por la infinita paz del universo.
Va a ser la Navidad…
y yo os sugiero
que elevéis vuestros ojos de hombres buenos
más allá del capricho y del deseo
para pasarlos luego en la cima polar de la esperanza.
Vivir la Navidad es contemplarla.
Venid humanos todos,
desde los cuatro puntos cardinales.
Venid a contemplar lo insospechado,
el más grande espectáculo del mundo
envuelto en sencillez y transparencia.
Venid a contemplar la visión ancestral de los Profetas;
lo que fue para ellos ilusión,
expectación,
un sueño,
es hoy para nosotros realidad y vida.
Venid a contemplar el carnaval de Dios:
Un baile sin disfraces,
lleno de luz, presencias y mensajes.
Venid a contemplar el designio divino.
Vivir la Navidad es acogerle.
Venid humanos todos,
desde los cuatro puntos cardinales.
Venid a recoger el don del Hijo
el regalo mas puro y mas valioso que jamás se haya hecho.
Venid a recoger la promesa salvífica
fielmente mantenida por los siglos.
Venid a recoger la paz…
la paz a manos llenas,
La paz que irá poblando los pequeños rincones de la tierra.
Venid a recoger la libertad soñada
que hoy mismo se os ofrece como una canción nueva.
Venid a recogerla, venid liberados:
De sombras y mentiras,
de palabras vacías,
de orgullo y de egoísmos,
de juicios y prejuicios,
de vidas sin sentido,
de horizontes perdidos.
Venid a recoger esa llama encendida.
Vivir la Navidad es también hacer fiestas.
Venid humanos todos,
desde los cuatro puntos cardinales.
Vivid la Navidad y haced la fiesta de la ilusión del hombre,
que no solo es belenes,
turrones y villancicos.
Vivid la Navidad y haced fiesta
de los brazos tendidos y abiertos para el pobre.
Vivid la Navidad y haced la fiesta del mendigo sin nombre
Poniéndole una hogaza de amor entre las manos.
la Navidad es fiesta cuando a un desorientado
se le muestra un camino;
cuando a un inmigrante,
solo, se le ofrece la patria de un hogar sencillo;
cuando un portador de sida se ve y se siente acogido;
cuando un marginado entra en un corro de amigos.
Vivid la Navidad
y haced la fiesta de hacer callar las armas,
de orillar para siempre las sangrientas batallas.
Vivid la Navidad y haced la fiesta,
Dejando una caricia en las cosas pequeñas.
Vivid la Navidad y haced la fiesta,
Una fiesta cristiana,
orando a vuestro Dios con la oración del alba,
cantando al Niño Dios vuestra oración del alma.
Aleluya. Vivid la Navidad.
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