lunes, 18 de mayo de 2009

RELATOS DE JOSE ANGEL: LA EUCARISTIA EN LA PASCUA DEL ENFERMO


LA PASCUA DEL ENFERMO EL LEMA DE ESTE AÑO: "Creer, celebrar y vivir la Eucaristía"
( APUNTES DESDE EL CAÑAMELAR DE JOSÉ ÁNGEL CRESPO FLOR).-
Estamos celebrando el Año de san Pablo. Un año en que tratamos de descubrir todo lo bueno que tiene Pablo, precisamente cuando se cumplen los 2000 años de su nacimiento. Un año pues de estudio, de reflexión y de redescubrimiento. Este año pues la Pascua del Enfermo hay que entroncarla en este año tan especial que toda la Iglesia Católica está celebrando: el Año Paulino.La Iglesia celebró ayer, domingo día 17, la Pascua del Enfermo y a través de este hecho se nos invita a estar cerca de los que sufren alguna enfermedad y a llevarles, con el testimonio de nuestra propia vida, el consuelo de Cristo Resucitado.La Campaña del Enfermo 2009, de la Conferencia Episcopal Española, nos sitúa este año ante la Eucaristía en el mundo de la salud y la enfermedad, bajo el lema “Creer, celebrar y vivir la Eucaristía”.
La Eucaristía, fuente y cumbre de toda la vida cristiana, se convierte de este modo en el centro para todas las personas que viven situaciones de enfermedad y de sufrimiento, y también de aquellas que están a su servicio y cuidado. La Eucaristía que recuerda a sus enfermos, que se preocupa y reza por ellos, que les envía el viático, es el signo más expresivo que la comunidad cristiana ofrece y la mejor ayuda para dar un sí creativo a la enfermedad en medio de una sociedad que, a menudo, trata de ocultarla, disfrazarla e incluso ningunearla, como si la cosa no fuera con la persona que está enferma, o con los de su alrededor. Vamos a ofrecer unas oraciones del enfermo que tienen un autor: Manuel Lozano Garrido, un periodista cristiano que abrazó el sufrimiento con la misma alegría que le proporcionaba el saberse querido por Cristo. Resulta importante leer unos retazos de su vida para saber cómo pensaba un enfermo que, sin embargo, hizo de su enfermedad un continuo diálogo con Jesús. De ahí que se encuentre en pleno proceso de beatificación.Siempre se ha dicho que la Iglesia tiene cuatro brazos que la hacen ser fuerte: la Caridad, la Palabra, La Eucaristía y los Sacramentos pero otro gesto, el de llevar la Comunión a los enfermos, engloba esos cuatro de ahí que nuestros sacerdotes deberían sacarse tiempo de donde hiciese falta para cumplir con una obligación que lo lleva su 'ser-sacerdote de Cristo'.
Y eso no lo digo yo sino que es una cosa que hay que hacerla con relativa frecuencia porque no existe mayor signo de caridad cristiana que el llevar la Comunión al que no puede acercarse a Misa por su enfermedad. Eso sí que es Caridad y eso sí que es actuar conforme quiere Jesús.Vamos a ver si esta Pascua del Enfermo de 2009 nos hace a todos ser más comprensivos con las personas de nuestro alrededor que se encuentran imposibilitadas y si nosotros todavía no somos Ministros Extraordinarios de la Comunión para llevársela y ayudar al sacerdote en esta Misión, sí que es una obligación nuestra hacer ver al párroco dónde está ese enfermo de su feligresía que demanda el apoyo de la Iglesia en la que está bautizado, ha tomado la Primera Comunión, se ha Confirmado y hasta se ha casado.

ALGO DE LO QUE HA DICHO EL PAPA PARA LA JORNADA DE ESTE AÑO"Este año, nuestra atención se dirige de modo especial a los niños, a las criaturas más débiles e indefensas y, entre éstas, a los niños enfermos y sufrientes. Hay pequeños seres humanos que llevan en su cuerpo las consecuencias de enfermedades invalidantes, y otros que luchan con males que siguen siendo incurables no obstante el progreso de la medicina y la asistencia de buenos investigadores y profesionales de la salud. Hay niños heridos en el cuerpo y en el alma debido a los conflictos y las guerras, y otros que son víctimas inocentes del odio de personas adultas insensatas. Hay los niños “de la calle”, privados del calor de una familia y abandonados a si mismos, y menores profanados por gente abyecta que viola la inocencia, provocando en ellos una herida psicológica que los marcará por el resto de su vida. Además, no podemos olvidar el incalculable número de menores que mueren debido a la sed, al hambre, a la carencia de asistencia sanitaria, así como también los pequeños exilados y prófugos que, junto con sus padres, abandonan su propia tierra en búsqueda de mejores condiciones de vida. De todos estos niños se eleva un silencioso grito de dolor que interpela nuestra conciencia de hombres y de creyentes" (Benedicto XVI).
UNOS DATOS DE LA VIDA DE 'LOLO' Manuel Lozano Garrido, conocido popularmente como 'Lolo', fue cristiano y periodista. Nació en Linares (Jaén, España) en 1920. A los 22 años sufrió un ataque de reumatismo articular progresivo que al poco tiempo lo postró en una silla de ruedas. Ello no le quitó la alegría de saberse hijo de Dios y cuando la enfermedad le paralizó su manó derecha aprendió a escribir con determinación con la izquierda y más tarde con la boca. Finalmente perdió también la vista. Preguntado en una ocasión tras una visita a Lourdes si había implorado a la Virgen por su curación respondió: "Pero, ¡cómo iba a ser tan egoísta que pidiese mi curación habiendo allí tal cantidad de enfermos que la necesitaban más que yo!". Escribió numerosos libros y artículos. Murió sin perder nunca la esperanza en 1971. Su proceso de beatificación se inició en 1994.
ORACIÓN DEL ENFERMO INVÁLIDO, de Manuel Lozano ("San Lolo") [1]
¡Señor, nosotros, los enfermos, nos acercamos a Ti!
Somos los «inútiles» de la humanidad. En todas partes estorbamos.
No podemos echar nuestra parte a la economía maltrecha del hogar difícil.
Gastamos y consumimos dolorosamente los pobres ahorros en medicinas, en inyecciones, en apresuradas visitas de médicos.
Todos sonríen, nosotros lloramos en silencio.
Todos trabajan; nosotros descansamos forzosamente. Quietud más fatigosa que la misma labor. No podemos levantar la silla que ha caído, ni acudir al teléfono que suena; ni abrir la puerta cuando toca el timbre... No nos es permitido soñar; ni amar a una mujer o a un hombre; ni pensar en un hogar; ni acariciar con los dedos de la ilusión las rubias cabezas de nuestros hijos.
Y, sin embargo, sabemos... que tenemos reservada para nosotros una empresa muy grande: ayudar a los hombres a salvarse, unidos a Ti.
Haz, Señor, que comprendamos la sublime fuerza del dolor cristiano. Que conozcamos nuestra vocación y su sentido íntimo.
Recoge, Señor, como un manojo de lirios, en tus manos clavadas, nuestra inutilidad, para que les des una eficacia redentora universal.
La salvación del mundo la has puesto en nuestras almas.
Que no te defraudemos.
ORACIÓN DEL ENFERMO (I)
Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo, Tú que en todos estás presente y lo llenas todo con el consuelo de tu Espíritu Santo, ven a fortalecernos en nuestras angustias y preocupaciones.
Tú, que por tu Hijo Jesucristo saliste al encuentro de los enfermos, tocaste las llagas de los leprosos, consolaste a los afligidos, defendiste a los pobres y resucitaste a los muertos: ven a dar sentido a nuestros males, ven a sanar nuestros corazones, ven a darnos vida abundante y alivio a nuestros sufrimientos.
Que animados por la Fe, llenos de amor y de esperanza, completemos en nuestros cuerpos lo que falta a la pasión de Cristo, por el bien de la Iglesia y de toda la humanidad. Amén.
ORACIÓN DEL ENFERMO (II)
Señor Jesús, Te agradezco por el don de la vida. Tú conoces las personas y las circunstancias que me han formado ya sea física como emocional y espiritualmente. Ellas, y las más íntimas experiencias de mi mente y de mi corazón, me han hecho la persona que soy ahora.
Perdóname, Señor, por todas las veces que te he fallado, por mi fallos contra mi mismo y los demás. Al mismo tiempo, perdono a todos los que me han fallado de alguna manera y me han herido.
Ayúdame a ver que mi enfermedad tiene una parte muy importante en mi vida. Ella me ayudará a ser plenamente la persona que Tu quieres que yo sea. No permitas que yo pierda o desperdicie lo que Tu quieres hacer conmigo para hacer completa mi vida en esta tierra y para preparar mi vida contigo en el Cielo.
Ahora yo no puedo orar de la manera que quisiera (estoy dolorido, cansado confundido...). Te pido que aceptes cada respiro como un acto de amor y de confianza en Ti.
Tu eres mi Salvador. Yo quiero descansar sobre tu amante Corazón en la seguridad y en la paz, como un niño en los brazos de su padre. Yo sé que Tú no me abandonarás.
Te amo, mi Señor, quisiera amarte como Ella te amó.
ORACION PARA LA PASCUA DEL ENFERMO DE 2009 Mira, Señor, que está enfermo el que tú tanto quieres. Ayúdame a mantener la paz en medio del dolor, de la angustia y del miedo. Yo sé que siempre estás conmigo y que nunca me dejas solo en los momentos difíciles. Hazme sentir la fortaleza y el consuelo de tu presencia y tu compañía y la ternura de la Madre que estuvo junto a tu Cruz. Médico divino del alma y del cuerpo, gracias por el don inestimable de la Eucaristía, pan de vida y medicina de inmortalidad. Si quieres, puedes curarme, pero no se haga mi voluntad sino la tuya. Tú que dijiste: «Estuve enfermo y me vinisteis a ver», transforma mi vida y hazla transparente para que puedan descubrir en mí tu rostro cuantos me cuidan y me visitan. Amén

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