martes, 25 de agosto de 2009

LAS FOTOS DE DON VICENTE GALLART: LOS CRISTOS EN ABRIL DE 1955

Hoy de nuevo en nuestra sección LAS FOTOS DE DON VICENTE GALLART traemos unas instantáneas del 27 de abril de 1955 domde en un multitudinario acto se reunió a nuestros Cristos crucificados el arzobispo era don Marcelino Olaechea y Loizaga. El Cristo del Salvador como siempre arrastró una gran muchedumbre y vemos a sus cofrades con la caperuza puesta.

En esta de Fotos Gabriel vemos que ya ha bajado del entarimado el cristo del Buen Acierto, y el de los Afligidos como es tradicional bajo palio.

1955 AÑO VICENTINO.
Pocos días después se inauguraba en Valencia el 30 de abril de 1955 en los claustros del antiguo Convento de Santo Domingo -fundado por el Rey Jaime I-, con motivo del V Centenario de la Canonización de San Vicente Ferrer, una gigantesca Exposición Vicentina que, según la puntual información que al respecto ofreció LAS PROVINCIAS, "ennobleció la vida valenciana". En aquella muestra iconográfica, bibliográfica y documental, que constituyó algo más que un éxito rotundo de índole artística o cultural, ya que en opinión de quien a la sazón dirigía dicho periódico, Martín Domínguez, fue "un milagro de fe y de amor", se exhibieron venerados restos y reliquias del Apóstol de Europa y Patrón de la ciudad de Valencia, adquiriendo el evento notoria resonancia no sólo en toda España sino también allende las fronteras.Levantó acta de todo lo acontecido el notario Enrique Taulet y Rodríguez-Lueso, abuelo del actual Conseller de Sanitat el honorable Manuel Cervera Taulet, en cuyo texto se hacía referencia al acuerdo adoptado por el Colegio Notarial de Valencia, en virtud del cual se colocó una lápida sepulcral en el centro del presbiterio cubriendo los restos de En Guillem Ferrer, notario que fue del Colegio Valenciano, y Na Constança Miquel, "pares del gloriós Sant Vicent Ferrer, ángel protector de la Ciutat e Regne de Valéncia".
Entre los actos más relevantes que se desarrollaron en torno al homenaje al hijo insigne de esta tierra (nacido en 1350, fallecido en 1419 y canonizado en 1455 por otro valenciano inmortal, el Papa Calixto III), destaca sin duda el de la venida de su sagrada cabeza. "Después de quinientos cuarenta y dos años volvía San Vicente Ferrer a su ciudad querida, regresaba a su convento, a su casa natalicia, a su parroquia de San Esteban, a la Seo donde tantas veces predicó", glosaba en su detallada "Reseña histórica" el reconocido historiador, jurista y académico Francisco de P. Momblanch y Gonzálbez, bajo cuya dirección la Comisión Organizadora, presidida por el propio autor (y de la que formaban parte, entre otros, el barón de San Petrillo, Nicolás Primitivo Gómez Serrano, Javier Goerlich y Vicente Giner Boira), editó dos años después, en 1957, un libro excepcional titulado "Crónica de la Exposición Vicentina". El acontecimiento que evocamos tuvo lugar el lunes 27 de junio de 1955, en que la preciada reliquia llegó al Real Convento de Santo Domingo, siendo entregada por el obispo de Vannes, monseñor Le Bellec, al arzobispo de Valencia, don Marcelino Olaechea, quien en la tribuna la pasó al alcalde de la ciudad, el marqués del Turia (que poco tiempo antes había sucedido en el cargo a Baltasar Rull Villar), para que la mostrara al pueblo.

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