(JOSÉ ÁNGEL CRESPO FLOR, texto y fotos).- La Hermandad del Santísimo Cristo de los Afligidos, tras asistir dos años a la Fiesta que el pueblo de Siete Aguas realiza en honor al Santísimo Cristo de los Afligidos (en el 2008 el que suscribe tuvo el honor de hacer el pregón de las Fiestas), desea sumarse a esta advocación ofreciendo una misa anual. Esta tendrá lugar el último domingo de agosto. ¿Porqué la fecha?. Por dos motivos: porque es el mes en que Siete Aguas venera y rinde culto público al Santísimo Cristo de los Afligidos (6 de agosto) y porque de alguna manera la Hermandad del Santísimo Cristo de los Afligidos del Cañamelar quiere entroncar su Misa anual en una festividad de calado para la población y qué mejor que un domingo que esté cerca de la fiesta del martirio de san Juan Bautista, titular del templo y patrono de la población.Con ello la Hermandad persigue dos cosas, que Agosto concluya rezando por el Cristo de los Afligidos, que sea una Misa en recuerdo de todos los fallecidos de Siete Aguas en el año en curso y potenciar, de alguna manera, esa otra fiesta importante para quien tiene como titular y patrono de la población a Juan el Bautista como es Su Martirio (29 de agosto).Pienso que, con ello, la Hermandad va tejiendo ese interrelación que desde hace tiempo persigue y que no es otra que sumarse a las celebraciones de distintas poblaciones que tiene por Titular o Patrono al Santísimo Cristo de los Afligidos, advocación que ostenta el patronazgo de el Cañamelar.


El evangelio de San Marcos nos narra de la siguiente manera la muerte del gran precursor, San Juan Bautista: "Herodes había mandado poner preso a Juan Bautista, y lo había llevado encadenado a la prisión, por causa de Herodías, esposa de su hermano Filipos, con la cual Herodes se había ido a vivir en unión libre. Porque Juan le decía a Herodes: "No le está permitido irse a vivir con la mujer de su hermano". Herodías le tenía un gran odio por esto a Juan Bautista y quería hacerlo matar, pero no podía porque Herodes le tenía un profundo respeto a Juan y lo consideraba un hombre santo, y lo protegía y al oírlo hablar se quedaba pensativo y temeroso, y lo escuchaba con gusto"."Pero llegó el día oportuno, cuando Herodes en su cumpleaños dio un gran banquete a todos los principales de la ciudad. Entró a la fiesta la hija de Herodías y bailó, el baile le gustó mucho a Herodes, y le prometió con juramento: "Pídeme lo que quieras y te lo daré, aunque sea la mitad de mi reino".La muchacha fue donde su madre y le preguntó: "¿Qué debo pedir?". Ella le dijo: "Pida la cabeza de Juan Bautista". Ella entró corriendo a donde estaba el rey y le dijo: "Quiero que ahora mismo me des en una bandeja, la cabeza de Juan Bautista".El rey se llenó de tristeza, pero para no contrariar a la muchacha y porque se imaginaba que debía cumplir ese vano juramento, mandó a uno de su guardia a que fuera a la cárcel y le trajera la cabeza de Juan. El otro fue a la prisión, le cortó la cabeza y la trajo en una bandeja y se la dio a la muchacha y la muchacha se la dio a su madre. Al enterarse los discípulos de Juan vinieron y le dieron sepultura (S. Marcos 6,17).
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