
Desde El Cañamelar, José Ángel Crespo Flor).- Ante la cercanía de Adviento, mañana domingo es el primer domingo de este Tiempo Fuerte de la Iglesia, queremos refrescar la memoria de los lectores de este blog de EOS, para hacerles ver que la Corona de Adviento no sólo se debe poner en las iglesias sino que es muy conveniente ponerlas en las casas particulares y explicar el significado de cada vela a los más pequeños. Ello constituye una catequesis muy importante y bien harán los curas en potenciar esta costumbre y en que los papás expliquen a sus hijos qué significa cada vela, cómo nos vamos preparando a la venida del Señor, y cómo tenemos que participar, en nuestras casas, en nuestros belenes, a esa venida.
Celebrar como Dios manda el Adviento es prepararnos como el Señor quiere, para celebrar y festejar su venida. Toda Fiesta que se precie necesita de una catequesis y el Adviento es una excelente catequesis para celebrar con gozo, alegría y entusiasmo El Nacimiento del Mesías. Pasar del Adviento es no saber lo que se celebra en Navidad de ahí que sea tan importante este Tiempo Litúrgico que la Iglesia nos presenta todos los años.Un tiempo donde se ultimas los detalles para presentar un buen belén y un tiempo donde cada domingo la liturgia nos acerca a ese gran acontecimiento que marcó la historia de la humanidad: el nacimiento en Belén, de Jesús de Nazaret. Antes de pasar propiamente al significado de la corona de Adviento quiero animar a los padres para que ayuden a sus hijos a colocar el Belén en sus casas y a que coloquen las balconeras del Niño Jesús o de la Sagrada Familia en la que colabora la Hermandad del Cristo de los Afligidos y que venden en El Rosario, los componentes de la pastoral Juvenil. Así damos un ejemplo a todos, cristianizamos la Navidad y presentamos "batalla" a esa moda de colocar "papas noeles" en los balcones de nuestras fincas.
La Corona de Adviento: En los últimos años se ha difundido la costumbre de iluminar domingo a domingo de Adviento las luces que anuncian las etapas hasta la Navidad, y esto tanto en las iglesias como en los hogares. Este año sugerimos, como en años anteriores, se coloque en el centro una vela blanca especial para encenderla en Nochebuena y en el tiempo navideño. El primer domingo de Adviento se bendice la corona y, al comenzar cada misa, después del saludo inicial, el celebrante dice la invocación que aquí proponemos y, él mismo u otra persona, enciende la vela correspondiente. Entretanto se puede cantar otra estrofa del canto de entrada o recordar el bello “Himno del Jubileo 2000” a partir de su segunda estrofa. Podemos continuar encendiendo la vela blanca del centro de la corona en cada una de las fiestas del tiempo de Navidad-Epifanía, con la oración que aquí se ofrece, además de destacar esos días con otros símbolos que resaltarán el acontecimiento que se celebra.
Oración para bendecir la Corona de Adviento y encender el primer cirio: Hermanas y hermanos: Al comenzar este nuevo año litúrgico vamos a bendecir esta corona con que inauguramos también el tiempo de Adviento que nos llevará hasta la Navidad. Sus luces nos recuerdan que Jesucristo es la luz del mundo. Su color verde significa la vida y la esperanza. La corona de Adviento es, pues, un símbolo de que la luz y la vida triunfarán sobre las tinieblas y la muerte, porque el Hijo de Dios se ha hecho hombre y nos ha dado la verdadera vida. El encender, semana tras semana, los cuatro cirios de la corona debe significar nuestra gradual preparación para recibir la luz de la Navidad. Cada domingo vamos a tener presente a un personaje en el que se centra el momento del Adviento y la Navidad que celebramos; y hoy contemplamos la figura de los profetas que anunciaron la venida del Mesías. De ellos podemos decir con el lema de este año: ¡Que hermosos son los pies de los que anuncian la Buena Noticia! Este año escucharemos a Jeremías, Baruc, Sofonías, Miqueas e Isaías, nombres que deben convertirse en familiares para nosotros.
Oremos: Lleno de esperanza de encontrar al Señor en su venida, tu pueblo ha preparado esta corona con ramos del bosque y la ha adornado con luces. Ahora, pues, que vamos a empezar el tiempo de preparación para la venida de tu Hijo, ocurrida hace poco más de dos mil años, te pedimos, Señor, que, mientras se acrecienta cada día el esplendor de esta corona con nuevas luces, nos ilumines con el esplendor de aquel que, por ser la luz del mundo, iluminará todas las oscuridades. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
Los personajes Este año, en lugar de un lema para cada uno de los domingos o días festivos del Adviento y la Navidad, se proponen una serie de personajes con los que, por una parte, poder identificarse y, por otra, poder identificar en ellos los rasgos propios del caminante del Adviento y la Navidad. Estos podrían ser para el tiempo de Adviento: - Los profetas: en el tiempo de Adviento, la primera lectura nos presenta, de la mano de los profetas, el camino que recorre el Pueblo de Israel hasta llegar a la plenitud de la historia. Se nos invita a recorrer ese camino también a nosotros.
- Juan Bautista, el precursor, el que señala la presencia del Mesías en medio de la multitud. En él se encarnan los valores de la Nueva Evangelización porque levanta su voz para anunciar a Cristo, renunciando a su propio protagonismo.
- La Virgen María, primera discípula y primera evangelizadora. Siempre confiada en la Palabra de Dios, siempre atenta a escucharla y llevarla a la vida.





- Juan Bautista, el precursor, el que señala la presencia del Mesías en medio de la multitud. En él se encarnan los valores de la Nueva Evangelización porque levanta su voz para anunciar a Cristo, renunciando a su propio protagonismo.
- La Virgen María, primera discípula y primera evangelizadora. Siempre confiada en la Palabra de Dios, siempre atenta a escucharla y llevarla a la vida.
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