Olbier quería sentirse sacerdote en un día tan entrañable como es Navidad de ahí que, es lógico pensar, que aprovechara la presencia de Álvaro Almenar y con el visto bueno de Antonio Díaz Tortajada, párroco de Santa María del Mar con el que siempre ha congeniado, concelebrara en una parroquia en la que, por cierto, no le es extraña pues Olbier fue el puente que tuvo esta parroquia entre la muerte de D. Salvador Marqués y la llegada de Antonio Diaz Tortajada, granjeándose, como en él es normal, muchas simpatías entre los habituales a la Catedral de El Grao, como acostumbran a llamarla.
Antonio Díaz Tortajada aprovechó la adoración al Niño Jesús para compartir con sus feligreses la alegría del Nacimiento de Jesús en Belén. Momento en el que saludó con afecto y simpatía a varios emigrantes como se puede ver en alguna foto. Todo un detalle del párroco de El Grao y es que mas que nunca la cercanía entre el sacerdote y el feligrés se hace más que necesaria, imprescindible, en estos tiempos de la historia que vivimos.
Olbier no quería quedarse sin concelebrar en una fecha tan señalada como es la Noche Buena. No lo dudó. Llamó a su amigo Benjamin Oltra, párroco de San Ignacio de Loyola, le preguntó si podía concelebrar y Benjamín no lo dudó “no es que vas a concelebrar sino que vas a tener tu momento dentro de la Eucaristía. Cena con tu madre, hermana y sobrino y te espero. Bueno...os espero a todos. La misa será a las 12 de la noche”.
No conocíamos la Iglesia. Y la verdad ... nos gustó mucho el edificio interno y la participación de la gente. Los laicos allí son piezas importantes. El coro, los lectores, el ministro extraordinario de la comunión y un detalle que no quiero pasar por alto el párroco Benjamín Oltra, en la puerta, recibió uno a uno a sus feligreses y les felicitó personalmente la Nochebuena y la Navidad. Y como lo vi personalmente y nadie me lo puede desmentir, lo cuento.
Volvemos a la Misa de la Noche Buena. Olbier pudo por fín respirar. En la Noche Buena no se quedaba sin ejercer su sacerdocio. Pero allí, en san Ignacio de Loyola y tras darle la bienvenida el párroco para que lo conocieran sus feligreses, Benjamin Oltra no lo dudó “Olbier, presides tu. Yo y el otro sacerdote jesuita que me acompaña, concelebramos pero quien presides eres tu”. ¡Imaginense la cara de sorpresa de Olbier!. Pero hay una cosa cierta en todo esto y que explica muchos porqués “Olbier tiene muchos amigos en el presbiterio valenciano. Lo conoce mucha gente y como además es inteligente, los que lo llaman saben que con él tienen el éxito asegurado. Su oratoria es directa, profunda, clara y amena. ¿Qué más se le puede pedir a un predicador?.. Y sucedió lo que tenía que suceder: al final de la Misa muchos fueron los que se acercaron al sacerdote cubano para mostrarle su alegría, darle la bienvenida y hacerle partícipe de la Gran Noticia de esa Noche: Jesús, el Salvador, había nacido en un pesebre de Belén. Una noticia que, año a año, siempre que llega el 24 de diciembre, nos convoca a todos para participar de la gran alegría del Pueblo de Dios”.

No conocíamos la Iglesia. Y la verdad ... nos gustó mucho el edificio interno y la participación de la gente. Los laicos allí son piezas importantes. El coro, los lectores, el ministro extraordinario de la comunión y un detalle que no quiero pasar por alto el párroco Benjamín Oltra, en la puerta, recibió uno a uno a sus feligreses y les felicitó personalmente la Nochebuena y la Navidad. Y como lo vi personalmente y nadie me lo puede desmentir, lo cuento.
Sea como fuere Olbier se sintió sacerdote en dos de las fechas más señaladas del calendario litúrgico: Noche Buena y Navidad. Benjamini Oltra y Antonio Díaz Tortajada supieron arroparle, le brindaron participar en la Eucaristia y los dos se mostraron muy próximos.Nanci Carbonell, la madre de Olbier, se encontraba muy agradecida a los dos sacerdotes “Benjamin y Antonio los he visto muy próximos, muy cercanos. Han demostrado con hechos que aprecian a Olbier y eso para cualquier madre - y yo no soy ninguna excepción- es algo que nunca podré olvidar”.
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