Solo acercarse a la entrada de la población ya se podía percibir ese 'olor' a fiesta que sólo lo dan los 'pueblos - pueblos'. Y Jérica de esto sabe mucho. Colgaduras en los balcones, señores y señoras ataviadas con sus mejores galas. Las mujeres con bellos ramos de flores, todo era poco para honrar a su patrona y para iniciar un día de Fiesta, de fiesta grande.
A los sones de la banda de música de la localidad las mujeres fueron acercándose hasta la parroquia acompañadas por representantes del ayuntamiento con el alcalde a la cabeza, el juez de paz y la reina mayor e infantil de las Fiestas. Allí, dentro del templo, perfectamente adornado para la ocasión, su titular, Tomás Tomás Beltrán recogía los ramos y los pasaba a un festero que los depositaba junto a la imagen peregrina de Santa Águeda.
Tras la Eucaristía en la que el Coro Parroquial dio lo mejor de si interpretando la misa de Angelis vino uno de los momentos más esperados de los feligreses de Jérica, el del beso a la reliquia de santa Águeda. D. Tomás, en su calidad de párroco, dio a besar la Reliquia de Santa Águeda a los compañeros sacerdotes y luego al público fiel que se arremolinó, guardando, eso si, un respetuoso orden, para besar la reliquia de su patrona.
Un día pues de Fiesta, de volver a las raíces, de recordar tiempos pasadas y lo más importante de todo: de honrar a Santa Águeda, patrona de Jérica, virgen y mártir y de hacer una visita a los familiares que quedan en esta bella población, rica en historia.
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