martes, 5 de agosto de 2008

NUESTRO QUERIDO PUERTO DE VALENCIA VA A ESTAR ESTE MES EN EL ESCAPARATE MUNDIAL

Nuestro querido Puerto de Valencia, por el que tantas veces hemos paseado de niños o de mayores está en constante evolución, primero fue la 32 America´s Cup y hoy el VALENCIA STREET CIRCUIT lo han ido cambiando. Hoy traemos a este BLOG DE EOS un poco de historia y algunas instantáneas para el recuerdo. El primer asentamiento urbano de la ciudad se localizó tierra adentro, no justamente en la orilla de la costa. Se trata de la zona comprendida entre los dos antiguos ramales del río Turia que la convertían en una isla, hasta que el ramal derecho fue cegado y su perímetro aprovechado como guía conductor de las futuras murallas. En esta desaparecida isla, próxima a las Torres de Serranos, se desarrolló la Valencia romana. Así pues, se puede decir que el primer puerto que tuvo la ciudad fue fluvial y que el río llevaba a las pequeñas embarcaciones hasta su desembocadura en el mar donde se situaba un pequeño muelle hecho con estacas. A lo largo de la Edad Media este primitivo embarcadero va a ir poco a poco fortaleciéndose.

Valencia contaba desde el año 1283 con el Tribunal del Consolat del Mar constituido por el rey Pedro III como organismo jurídico para tramitar los asuntos mercantiles y marítimos. La ciudad va experimentando un incipiente comercio marítimo que requiere una mayor apertura al mar. El precario embarcadero es fácil presa de ataques y es necesario protegerlo. Para ello se funda Villanueva del Grao, población que comienza a canalizar la actividad marinera de la capital. Durante el siglo XIV el aspecto del antiguo y original puerto es el de un pequeño poblado de marineros y pescadores que viven en barracas protegidos por una frágil muralla y una torre defensiva.

Dentro de este núcleo ya se encuentra una pequeña iglesia junto al mar dedicada a Santa María, y ubicada en el mismo lugar donde se alzará el actual templo de Santa María del Mar que fue levantado en el siglo XVII. También estaban en proceso de construcción las Atarazanas del rey, lugar de fabricación y reparación de barcos.Y que tanta vinculación tienen con nuestro Grao y la Semana Santa Marinera.
Al pequeño muelle de madera que servía más que nada para desembarco de los pasajeros se le denominaba el Pont de Fusta.
La actividad portuaria valenciana seguía creciendo a finales del siglo XIV. Entre los años 1395 y 1398 atracaron doscientas trece naves, cantidad que debe ser considerada como importante. Al inicio del floreciente siglo XV, alzado ya el edificio central del recinto de las atarazanas, el gobierno de la ciudad se propone invertir para realizar reformas en el puerto como respuesta a las necesidades comerciales que demanda la próspera ciudad.

Se estudia la propuesta de hacer el río Turia navegable desde las murallas hasta su desembocadura en el Grao. Aunque el proyecto se deja para más adelante, se invierten quinientos florines en contratas de personal especializado. Se acuerda también la apertura de dos acequias, con un coste de doscientos florines, para llevar agua potable. Además se levanta una fuente cerca de la iglesia y un lavadero.
El creciente valor estratégico por las nuevas instalaciones impulsa al Consell a reforzar y ampliar las fortificaciones existentes. En 1423 se mejora el embarcadero del Pont de Fusta, sin embargo continua siendo de acceso exclusivamente para personas ya que las mercancías se siguen cargando y descargando de los barcos con la ayuda de pequeñas embarcaciones.

En el siglo XVI, continuando con la política de fortificación del Grao, se abren varios portales en la muralla y se levanta el baluarte que a partir de entonces se constituye como el fortín insignia de la costa valenciana.
El baluarte, edificio heredero de la torre vigía, es la pieza fundamental de la fortificación. En el año 1531 se decide su construcción y en 1535 comienzan las labores preparatorias del terreno. Los primeros directores de la obra son Jaime Daraca y Vicent Dalmau. Más tarde se incorporan los picapedreros Lluis Centelles, Pere Gil y Alonso Tendilla. Un año después colaboran cinco maestros más. Esta etapa de construcción se clausura con la cubrición de las bóvedas de la edificación y el levantamiento de la puerta principal. En 1539 se realizan diferentes dependencias como casetas y garitas y estancias para albergar a los soldados, así como una cocina. El edificio estaba presidido por una torre y alojaba una compañía de caballería que vigilaba la costa.

En 1685 Tomás Güelda realiza un proyecto de mejora del puerto después de que Valencia fuese designada como puerto de mercancías para otras regiones. En este proyecto se expresa con énfasis la construcción del embarcadero en piedra, pero los fuertes temporales marítimos destruyeron este muelle pétreo antes de su conclusión. Así las cosas, en 1695 se encomienda un nuevo plan al arquitecto genovés Corcília que tampoco fue realizado y en 1698 se inicia la construcción de un nuevo Pont de Fusta que nunca fue llevado a término.
Después de estos avatares hemos de llegar hasta 1739 cuando la denominada Junta Particular de Gobierno, Comercio y Agricultura de nuestra ciudad reclama una mayor atención para el puerto. En 1778 se decreta el libre comercio con América y bajo la dirección del ingeniero hidráulico Manuel de Mirallas se resucita el antiguo proyecto de Güelda y se inician las obras en 1792. Un año antes Valencia había conseguido la autorización para comerciar con América.

De todas formas se hicieron nuevas obras a principios del siglo XIX y entre los años 1852 y 1869 se da un inesperado impulso al puerto que ya empieza a tener gran actividad. Con la construcción del dique de Levante, proyecto del ingeniero Llovera, y el contradique de Poniente, para evitar en la medida de lo posible el atasco producido por la cercana desembocadura del río Turia, queda cerrada la dársena pentagonal interior y constituido el núcleo fundamental del puerto moderno. Todas estas obras fueron realizadas según el proyecto elaborado por el ingeniero Subercase.

Los elementos portuarios más destacados del siglo XX son los denominados tinglados o almacenes que han llegado hasta nuestros días y que en el cuatro y cinco van a albergar los boxes y el padock de la FORMULA 1. Están decorados al estilo modernista valenciano con ornamentos alegóricos en relieve alusivos al comercio y a la navegación. Se trata de mosaicos cerámicos realizados en vivos colores sobre temas valencianos típicos como las naranjas y otras frutas, espigas y guirnaldas. También sobresale el llamado Edificio del Reloj que fue el edificio de la antigua estación marítima y enfila el inicio de la Avenida del Puerto. Es una construcción de planta rectangular y torre con un magnífico reloj. Su decoración es bastante sobria, limitándose al coronamiento de las cúpulas hasta él acude la Cofradia de Jesús de Medinaceli en la mañana del Domingo de Resurección. Y en el mes de mayo es fiel testigo del paso del Negret cada día 1.

Hay que añadir que ya en 1835 había atracado en el Grao el primer barco de vapor, El Balear, que dio origen a la primera línea regular de barcos de vapor Valencia-Tarragona-Barcelona, de pasaje y cabotaje. En el actual siglo XXI las obras más importantes son las que se han ejecutado para la mentada Copa de la América y ahora el VALENCIA STREET CIRCUIT que va a poner a nuestro querido PUERTO en el escaparate mundial y en los ojos de millones de personas via televisión o las miles que lo van a presenciar in situ del 22 al 24 de agosto próximo.

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