Un año más y como marca la tradición, el 4 de agosto el Cristo de la Salud de El Palmar volvió en romería a las aguas de la Albufera. Las Falleras Mayores de Valencia, Marta y Maria, y sus Cortes de Honor acompañaron a los vecinos de esta pedanía para celebrar la fiesta en honor a su patrón.La procesión partió de la iglesia del Palmar y comenzó a las 18.30 horas. Todos acompañaron de cerca al Cristo de la Salud hasta el embarcadero. Una vez allí, las barcas de Cofradía de Pescadores aguardaron para subir al Cristo y a los vecinos a la procesión marítima.
El Cristo de la Salud subió abordo de una barca junto a los clavarios y el párroco. Cerca de ellos, otra embarcación con las autoridades tripulada entre otros, por Alfonso Grau, teniente alcalde de Valencia, Vicente Aleixandre, edil de pedanias y Vicente Dasí, alcalde pedáneo de El Palmar.Las barcas se dirigieron hacia el centro del lago, al lluent, el punto más luminoso, nombre con el que los árabes quisieron describir este espejo del sol. Una vez allí, se cantaron los gozos y las plegarias. El párroco, Gonzalo Albero, bendijo las aguas para asegurar la buena pesca y la cosecha para todo el año.
Con salves, pétalos de flores y una gran mascletà, los habitantes anunciaron la llegada de la imagen a las calles de El Palmar, que descansará en la parroquia de la Plaza de la Sequiota hasta el próximo 4 de agosto de 2010, cuando salga otra vez en romería. Una cena popular puso el punto y final a esta agradable velada festiva. Y gracias a nuestro compañero MANOLO GUALLART vas a poder vivirlo en imagenes disfruta de las preciosas instantáneas de Manolo y ponles título tu mismo.
El Cristo de la Salud subió abordo de una barca junto a los clavarios y el párroco. Cerca de ellos, otra embarcación con las autoridades tripulada entre otros, por Alfonso Grau, teniente alcalde de Valencia, Vicente Aleixandre, edil de pedanias y Vicente Dasí, alcalde pedáneo de El Palmar.Las barcas se dirigieron hacia el centro del lago, al lluent, el punto más luminoso, nombre con el que los árabes quisieron describir este espejo del sol. Una vez allí, se cantaron los gozos y las plegarias. El párroco, Gonzalo Albero, bendijo las aguas para asegurar la buena pesca y la cosecha para todo el año.
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