AVAN.- La localidad valenciana de Benigánim acoge hoy, jueves, a centenares de devotos que peregrinarán en coches y autobuses hasta la población para participar en las celebraciones en honor a la beata Inés, en el día de su festividad.A las 7 de la mañana un volteo general de campanas anuncia el inicio de las celebraciones que darán comienzo con una misa. Una hora más tarde el sacerdote Jesús García Hernando, párroco del templo de San Juan de Ávila de la localidad de Alcalá de Henares, oficiará otra ceremonia en la iglesia que la beata tiene bajo su advocación, según fuentes parroquiales.A continuación, los festeros de la Hermandad Inesina organizan una ofrenda floral ante la fachada del templo. A las 11 horas, el sacerdote Alfonso Lorda Iñarra, Prior Provincial de los Agustinos Recoletos presidirá una eucaristía solemne de campaña en la plaza de la Beata.Por la tarde, la imagen de la beata recorrerá en procesión las calles de Benigánim acompañada por decenas de vecinos y devotos de la localidad.Siguiendo la tradición, a lo largo del recorrido procesional, en algunos portales, los vecinos escenificarán estampas de la vida de la beata. Igualmente, desde el pasado 12 de enero y hasta ayer, se ha celebrado diariamente la novena en honor a la beata, predicada por el sacerdote Jesús García Hernando.
Inés de Benigànim "fue una religiosa con una vida espiritual intensa, llena de revelaciones místicas, como el abrazo que recibe de Jesús, quien libera sus manos de los clavos del crucifijo frente al que oraba la religiosa, o la aparición del Niño Jesús para ayudarle a rescatar las llaves de la despensa que se le habían caído a un pozo", según ha explicado el director del archivo de religiosidad popular, Andrés de Sales Ferri.
Josefa Teresa Albiñana Gomar, que asumió como religiosa el nombre de Josefa María de Santa Inés, nació en Benigànim en 1625 y con 18 años ingresó en la orden de las Hermanas Agustinas Descalzas fundada por San Juan de Ribera.Hasta su muerte en 1696, con 70 años, permaneció en el monasterio de Benigànim realizando los oficios más humildes del convento, cuidando también de las religiosas enfermas y, además, ayudó con sus consejos a personas que acudían a recibir sus orientaciones. El papa León XIII la beatificó en 1888.
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