Una misionera valenciana superviviente del terremoto de Haití atiende en un hospital de Puerto Príncipe a los heridosLa religiosa y enfermera Natalia Martínez, de 62 años(Desde el Cañamelar (Valencia), José Ángel Crespo Flor). Ocurre casi siempre que pasan catástrofes que existen casos de personas que te permiten mantener la esperanza. Uno de esos casos es la misionera de Ribarroja Natalia Martinez, superviviente del terremoto de Haití y que, lejos de regresar a Valencia, se ha trasladado a Puerto Príncipe para ayudar como enfermera. La cosa no tendría más relevancia si no fuese porque Natalia Martínez es de Ribarroja y el patrono de esta localidad es el Santísimo Cristo de los Afligidos con el que, de alguna manera, la Hermandad del Santísimo Cristo de los Afligidos del Cañamelar mantiene cierta relación. Imaginamos que, en la mente de la religiosa estará ese Cristo de los Afligidos por el que todo el pueblo mantiene una devoción muy intensa como se puede comprobar cada 14 de septiembre, Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, en que el Crucificado sale a la calle en una multitudinaria procesión.

Vamos a contar un poco de la historia de este Cristo que, desde hace 125 años responde a la advocación que estamos aludiendo: la de "Cristo de los Afligidos".Fue el canónigo Dr. Fita, propietario del «Mas de Barrachina» quien legó al pueblo de Ribarroja la imagen de Cristo crucificado. Tras su muerte quedó depositada en la Iglesia de San Sebastián. El día 12 de octubre de 1832 el pueblo bajó a Valencia con el fin de trasladar el Santo Cristo desde esta iglesia hasta el Templo Parroquial. Y así lo hicieron, colocándola en la capilla de la comunión bajo el título de «Cristo de la Piedad».
En 1885 el cólera acampó en los pueblos valencianos, mermando la población. Ante esta tragedia el señor cura D. Francisco Feltrer celebró rogativas, sacando en procesión la imagen del Cristo. Comenzó la procesión encabezada por la cruz y dos monaguillos, uno de ellos el Dr. Cerveró, detrás un puñado de niños y unos cuantos hombres, a los que seguía la imagen en posición semiacostada, el señor cura y el alcalde, puesto de capa negra y esclavina, todos cantando la letanía de los santos. El Cristo se detenía a la puerta de las casas donde había un enfermo. A partir de aquel día la peste comenzó a remitir. Decidiendo cambiarle el nombre por el de «Santísimo Cristo de los Afligidos».




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