(Desde El Cañamelar, José Ángel Crespo Flor).- La fiesta de la Transfiguración del Señor es una de las fiestas más hermosas que nos presenta el mes de Agosto. Es una Fiesta propia de los crucificados de ahí que en algunas población hagan coincidir esta fiesta con la Fiesta de su Patrono. Es lo que ocurre, por ejemplo, con la población de Siete Aguas. Aprovechan la ocasión, aprovechan el día, para rendir culto y devoción a su Cristo de los Afligidos, crucificado por el que se tiene una extraordinaria devoción como se comprueba en la solemne procesión con que se culmina una semana cargada y repleta de actos lúdicos y religiosos que, lo uno no tiene nada que ver con lo otro y hay gente para los actos de la parroquia y existe gente también para los actos lúdicos. A estos últimos yo sólo les haría una consideración y es que tuviesen en cuenta que si no existiera fiesta religiosa tampoco existiría la fiesta de la calle.Dicho esto vamos un poco a pormenorizar en el verdadero significado de la Fiesta para que así, poco a poco, tomemos conciencia de lo que se celebra en el Altar y se escucha en la lectura de la Palabra de Dios o lo que es lo mismo, en el Evangelio.Juan José Maset, párroco de Siete Aguas ha invitado para que predique al vicario de la parroquia del Rosario del Cañamelar, el sacerdote cubano Olbier Antonio Hernández Carbonell quien tiene pensado hablar de Jesús de Nazaret, de la Fiesta del día y del Cristo de los Afligidos, advocación que se encuentra muy arraigada tanto en Siete Aguas como en El Cañamelar. De hecho una representación de la Hermandad del Santísimo Cristo de los Afligidos de El Cañamelar se desplazará hoy a Siete Aguas para asistir a la Solemne Misa. Precisamente la Hermandad ha impreso unas estampas con los dos crucificados, el de Siete Aguas y el del Cañamelar y ha adjuntado unas hojas de Olivo que, previamente a su reparto, serán bendecidos. Con ello la Hermandad pretende recordar la Oración de Jesús en el Monte de los Olivos y actualizar el primer Misterio Doloroso del Santo Rosario.
UNA MUY BELLA NARRACIÓN
Narra el santo Evangelio (Lc. 9, Mc. 6, Mt. 10) que unas semanas antes de su Pasión y Muerte, subió Jesús a un monte a orar, llevando consigo a sus tres discípulos predilectos, Pedro, Santiago y Juan. Y mientras oraba, su cuerpo se transfiguró. Sus vestidos se volvieron más blancos que la nieve,y su rostro más resplandeciente que el sol. Y se aparecieron Moisés y Elías y hablaban con El acerca de lo que le iba a suceder próximamente en Jerusalén.
Pedro, muy emocionado exclamó: -Señor, si te parece, hacemos aquí tres campamentos, uno para Ti, otro para Moisés y otro para Elías.
Pero en seguida los envolvió una nube y se oyó una voz del cielo que decía: "Este es mi Hijo muy amado, escuchadlo".
El Señor llevó consigo a los tres apóstoles que más le demostraban su amor y su fidelidad. Pedro que era el que más trabajaba por Jesús; Juan, el que tenía el alma más pura y más sin pecado; Santiago, el más atrevido y arriesgado en declararse amigo del Señor, y que sería el primer apóstol en derramar su sangre por nuestra religión. Jesús no invitó a todos los apóstoles, por no llevar a Judas, que no se merecía esta visión. Los que viven en pecado no reciben muchos favores que Dios concede a los que le permanecen fieles.
Eso sigue sucediendo a las personas que rezan con fervor. La oración les transfigura y embellece el alma y les vuelve mucho más agradables a Dios.
Dos personas muy famosas del Antiguo Testamento. Moisés en nombre de la Ley, y Elías en nombre de los profetas, venían a respaldar y felicitar a Jesucristo y a proclamar que El es el enviado de Dios para salvar al mundo.
UNA MUY BELLA NARRACIÓN
Narra el santo Evangelio (Lc. 9, Mc. 6, Mt. 10) que unas semanas antes de su Pasión y Muerte, subió Jesús a un monte a orar, llevando consigo a sus tres discípulos predilectos, Pedro, Santiago y Juan. Y mientras oraba, su cuerpo se transfiguró. Sus vestidos se volvieron más blancos que la nieve,y su rostro más resplandeciente que el sol. Y se aparecieron Moisés y Elías y hablaban con El acerca de lo que le iba a suceder próximamente en Jerusalén.
Pedro, muy emocionado exclamó: -Señor, si te parece, hacemos aquí tres campamentos, uno para Ti, otro para Moisés y otro para Elías.
Pero en seguida los envolvió una nube y se oyó una voz del cielo que decía: "Este es mi Hijo muy amado, escuchadlo".
El Señor llevó consigo a los tres apóstoles que más le demostraban su amor y su fidelidad. Pedro que era el que más trabajaba por Jesús; Juan, el que tenía el alma más pura y más sin pecado; Santiago, el más atrevido y arriesgado en declararse amigo del Señor, y que sería el primer apóstol en derramar su sangre por nuestra religión. Jesús no invitó a todos los apóstoles, por no llevar a Judas, que no se merecía esta visión. Los que viven en pecado no reciben muchos favores que Dios concede a los que le permanecen fieles.
Eso sigue sucediendo a las personas que rezan con fervor. La oración les transfigura y embellece el alma y les vuelve mucho más agradables a Dios.
Dos personas muy famosas del Antiguo Testamento. Moisés en nombre de la Ley, y Elías en nombre de los profetas, venían a respaldar y felicitar a Jesucristo y a proclamar que El es el enviado de Dios para salvar al mundo.
Es un elogio hermosísimo hecho por el Padre Dios, acerca de Jesucristo. Es su Hijo Unico. Es amadísimo por Dios, y es preferido por El a todos los demás seres que existen. Verdaderamente merece nuestro amor este Redentor tan amado por su Padre que es Dios.
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